viernes, 14 de agosto de 2009

VRAE: ¿terrorismo a secas o “narcoterrorismo”?

Resulta efectivamente incomprensible que después de lo que el Perú vivió por más de 15 años, no se pueda determinar de manera clara y concisa que es lo que está realmente sucediendo en el VRAE; al contrario, lo que se ve, es una extraña ambigüedad en cuanto a la designación del “enemigo” así como una posición nada coherente por parte del gobierno cada vez que hay ataques - ya casi con aires de sacrificios rituales de soldados y policías (ya son más de 10 los atentados en lo que va del año) marchando hacia la muerte – de esa naturaleza.

Dicha ambigüedad rebota en los medios y en lo que se puede denominar opinión pública. Pues decídanse: ¿Es terrorismo a secas o “narcoterrorismo”? Si se trata de “narcoterrorismo” ¿por qué en los medios y los analistas, los comentaristas u otros se hace hincapié solamente en la dimensión “terrorista”? ¿Y el narcotráfico? ¿Qué hay del flujo importante de dinero que se mueve producto de esta actividad? ¿Dónde se concentra el lavado de este? ¿Cómo se mueve en la región? ¿Cómo sale este dinero del país? ¿Cómo sale la droga del país? ¿En qué empresas se disfraza? ¿Dónde se encuentra sus principales intereses? ¿Quiénes (sí, nombres…) están detrás de este lucrativo “negocio”? Me parece que esto también debe ser tema de interés.

Si se trata de narcoterrorismo, pues también se tendría que responder a esas preguntas y combatir por ese frente, es decir una estrategia global que abarque la violencia que esta ocasiona y el negocio mismo del narcotráfico. Salidas belicistas pidiendo la cabeza de “terrucos” no va a solucionar nada. Lo que se necesita es una salida política por parte del gobierno y es eso lo que no se ha visto. Es eso lo que se debe cuestionar.

Alinearse con las posiciones del gobierno no nos llevará muy lejos. Estas últimas parecen inscribirse en una clara y cada vez más nítida línea de construcción discursiva de una “amenaza narcoterrorista” de proporciones alarmantes que no corresponden a la realidad y poniendo énfasis en una sola y única dimensión (…la terrorista) mas aglutinadora en la sociedad ya que arrastra todo un imaginario de violencia y de terror. Claro que los dispositivos discursivos y sus cajas de resonancia mediáticas no matan policías ni militares, son más bien esos ex –senderistas (Dicho sea de paso, no deben ser los únicos que ofrecen esos “servicios”) que, fungiendo de mercenarios, asesinan impunemente sin que se haga nada concreto para frenar eso, más que hacer rondas, lo más frecuente, alrededor de la "muerte". La desfachatez en el gobierno es tanta en el manejo del tema que un ex ministro de defensa, Ántero Flores-Aráoz, se muestra impotente con expresiones como esta:
“¿En qué país vive este señor? ¿No ve lo que está sucediendo en el VRAE? ¿No ve las celadas que les han hecho a nuestras Fuerzas Armadas y lo que sucede en el Vizcatán? ¿Dónde estamos? ¿En qué país está? ¿Y así quiere gobernar?” (en reacción a las declaraciones de Ollanta Humala en http://peru21.pe/impresa/noticia/ollanta-humala-sendero-mrta-ya-no-son-problema/2009-07-23/252100 ) Como que hay algunos que se empeñan en mantener en pie una guerra, la de los 80’s. Una guerra que para ellos no ha acabado o no quieren que acabe… ¿Cuáles serán pues las razones para mantenerse en esa posición y argumentar en ese sentido?

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